Domingo, 19 de Mayo del 2024
UFM 94.9

La emigración, especialmente hacía los Estado Unidos es uno de los temas propios de nuestros días. Se estima que diariamente un aproximado de 150 salvadoreños emprende su viaje hacía el país norteamericano, lo que al año suma un total de 55 mil personas aproximadamente y  en su mayor parte deciden hacerlo de manera ilegal.

Es por eso que consideramos importante conocer el sentir de alguien que haya vivido en carne propia esa situación.

Blanca Margarita Landaverde Tejada nace el 17 de octubre de 1970 en el municipio de San Francisco Menéndez en el departamento de Ahuachapán. Hija de padres chalatecos y segunda de seis hermanos.

Llega a la Ciudad Morena a la edad de 16 años en busca de mejores oportunidades y en 1989 se gradúa del Bachillerato en Comercio y Administración opción contaduría en el Liceo Democrático San Lorenzo de Santa Ana. Al año siguiente contrae matrimonio y fruto de esta unión nace una hija en 1994.

A temprana edad comienza a desempeñarse laboralmente en diferentes lugares; en un restaurante como mesera, en una zapateríafinalmente en un almacén como promotora de ventas; lugar en el que laboraba al decidir emigrar a los Estados Unidos.

Desde su adolescencia comenzó su vida de emigrante primero del área rural a la ciudad y luego de un país a otro, pero a pesar de las circunstancias adversas actualmente a su cargo está la contaduría de una empresa en los Estados Unidos, lo que le permite ahora llevar una vida estable.

Blanca Landaverde por medio de la vía telefónica expresó sentirse muy bien de poder expresar su sentir y ser vocera de compatriotas que cada día se esfuerzan por sacar adelante a sus familias y al país que los vio nacer.

¿Cuál fue el motivo por el cual usted decidió emigrar a los Estados Unidos?

"El motivo fue que la economía en mi hogar era bastante critica, no teníamos mucho dinero, tenía muchas deudas. Entonces empecé a pensar en viajar a los Estados Unidos para tener una mejor vida, para mi familia y para mi persona. Salir adelante, realmente eso fue lo que me motivó".

¿Cómo era la situación del país cuando usted decidió emigrar?

"Entonces que yo trabajaba, cuando yo recibía el salario ya lo debía todo, no me alcanzaba el dinero para pagar todos los gastos. Pasaba una depresión tremenda día tras día. No tenía suficiente para pagar el apartamento, ni para comida, ni las deudas. Eso fue lo que me hizo estar acá para poder salir de deudas y llevar una mejor vida".

¿Qué acogida tuvo en los Estados Unidos?

"Al principio que llegué a los Estados Unidos no me parecía bonito yo me quería regresar a El Salvador. No me gustaba porque aquí hay una discriminación bastante grande. Cuando uno es un emigrante indocumentado no haya trabajo, no le quieren dar trabajo porque le piden papeles y si uno no los tiene no le dan trabajo  y si le dan trabajo a uno lo que hacen es hacerlo trabajar muchas horas por poco dinero. A las personas americanas, ellos tienen mejores prestaciones, les dan buenas bonificaciones, esa es discriminación para uno como hispano porque el trato no es igual".

A parte de su experiencia propia. ¿Qué otro tipo de comentarios ha escuchado por parte de otros emigrantes salvadoreños y de otras nacionalidades?

"Lo que he escuchado que ellos siempre son discriminados por emigrante o porque no saben inglés, o a veces uno trabaja y no le pagan, quedan debiendo y eso es un robo hacia los emigrantes. Muchos patrones acosan sexualmente a sus empleadas y las chantajean con llamar a migración, y por miedo ceden a lo que les dicen. Además, los empleados casi siempre son explotados y no son bien remunerados".

¿Cuál ha sido el mayor reto que ha tenido que vivir en su situación de emigrante?

"El gran desafío del emigrante es estar lejos de la familia, el tiempo pasa y pasa y uno no convive con su familia, todo ese amor perdido lejos de los seres queridos no se recupera ni con todo el dinero del mundo. El vacío que he sentido como madre, es lo más triste que me ha tocado vivir. Pero yo quiero que mi hija salga adelante, que tenga las mejores cosas, darle estudio especialmente, para que el día de mañana triunfe con su título".

¿Cuál es el diario vivir en los Estados Unidos para un trabajador emigrante?

"Todos los días de lunes a sábado son de trabajo, no hay tiempo de nada, somos como esclavos del trabajo.  Solo los domingos son para ir a lavar la ropa a la lavandería o hacer las compras de la semana".

¿Cómo ha sido su situación laboral en los Estados Unidos?

"Desde que llegué tuve que ponerme lista para conseguir un buen trabajo para sobrevivir y mandar dinero para mi familia en El Salvador.  Me tocó trabajar de muchas cosas como cocinera, cajera y otros trabajos muy pesados".

¿Qué tantos problemas genera el hecho de ser ilegal en un país extraño?

"Antes que yo tuviera el TPS vivía con miedo, porque no tenía papeles y tenía miedo de ser deportada a El Salvador. Gracias a Dios obtuve el permiso de trabajo para poder trabajar sin miedo.  Lo malo es que aun así uno se pierde de las bonificaciones, las prestaciones y todo lo que les ofrecen a los ciudadanos".

Usted menciona que cuenta con el TPS, más no cuenta con la residencia ni con la ciudadanía. ¿De qué forma le afecta entonces el hecho de que no se proceda con una reforma migratoria como se creía que iba a pasar?

"Si me afecta, porque cada 18 meses le piden a uno pagar para renovar el TPS. Además quisiera tener papeles para poder hacer muchas cosas que ahora no puedo".

¿Qué opinión merece la situación actual del país por parte de los salvadoreños que actualmente residen en Estados Unidos?

"Aquí por las noticias vemos la situación de El Salvador muy terrible, ya que observamos toda la cuestión de los asaltos, las maras,  la violencia. Observamos que hay mucha inseguridad y delincuencia. Todo eso no se ve bien en el país".

¿Qué expectativas tiene del nuevo presidente?

"Yo espero que este presidente pueda cambiar al país. Tengo buenas expectativas porque veo lo que ha hecho de darle los uniformes a los niños y lo del vaso de leche, eso es muy bueno y útil, más que todo para las familias pobres. Desde la dolarización todo ha sido una situación muy mala.  De 5 años para acá he visto aunque sea un pequeño cambio durante el gobierno de Funes. Yo pienso que también sería bueno que el nuevo presidente ofreciera mejores oportunidades de empleo en el país para que así los salvadoreños no se vean en la necesidad de emigrar".

¿Qué esperaría que el nuevo presidente hiciera durante su gobierno por los salvadoreños ubicados en el exterior del país?

"Que el presidente de El Salvador hablará con el presidente de los Estados Unidos para que nos den una reforma migratoria a los salvadoreños que estamos aquí, así sentiríamos el apoyo del presidente de El Salvador a pesar de que no estemos allá. Puede que no lo vean así, pero sería de gran ayuda, no queremos que se olvide de nosotros, queremos sentir su apoyo, eso necesitamos del nuevo presidente, que nos incluya dentro de sus planes".

¿Qué recomendación les daría a las personas que están considerando aventurarse a irse de “mojados” hacia los Estados Unidos?

"Que si piensa viajar, mejor que no lo hagan porque pueden morir en el camino y aquí la situación no está tan fácil. El miedo y la inseguridad es el diario vivir de los emigrantes que están ilegales aquí.  Mejor quédense en El Salvador, porque aquí uno no es nadie, por lo menos allá tienen sus hogares y familias, y son respetados. Aquí es muy difícil, más aun para los ilegales".

  

  

 

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