El impacto ambiental negativo es ocasionado por el hombre desde su existencia; debido a que con el desarrollo de actividades humanas como la minería, deforestación, industria, extracción de materias primas y otras que ocasionan daños al medio ambiente, afectando los recursos y reservas naturales (calidad del agua, suelos contaminados, glaciales), entre otros elementos importantes que produce la tierra.
La población crece cada vez más, aunado a esto, el consumo de la tierra y todos sus recursos van a su paso, provocando una aceleración e inestabilidad en el ecosistema, por lo que provoca sequias e inundaciones, aumento del nivel del mar, altas o bajas temperaturas y calentamiento global, como consecuencia de esto se crea, un desequilibrio atmosférico y al final se ve afectada la producción de alimentos provenientes de la tierra, del agua, de los animales, entre otros. En el caso de los animales se están acostumbrando a los cambios en las condiciones atmosféricas.
A partir de este contexto, ¿Qué hace el humano para poder contrarrestar esta demanda hacia la tierra? ¿Se están tomando verdaderas acciones para contrarrestarlo? ¿Existe una verdadera responsabilidad ambiental ante el deterioro que causamos?
Estas y otras preguntas generan incertidumbre sobre la verdadera realidad; sin embargo, existen países que se han convertido en un ejemplo a seguir de acuerdo a las acciones tomadas para asegurarse del cuidado del medio ambiente, logrando que el ser humano actué y piense de forma consciente ante la situación ecológica del entorno.
Como Alfredo Espino decía en su poema: “Eran mares los cañales que yo contemplaba un día…” Actualmente, en un sector del occidente de nuestro país, en una zona agrícola donde por años se ha cultivado la caña y otros productos fue deforestado para construir un complejo habitacional con el objetivo de proporcionar una vivienda digna a los que pueden costear una propiedad.
En estas situaciones, el medio ambiente se trasforma en beneficio para la sociedad, pese a resultar afectado, esto nos motiva a la reflexión sobre la actuación del ser humano: ¿Será mejor construir nuevas viviendas, cómodas, agradables a la vista del ser humano restándole así importancia al cuido del medio ambiente, productos agrícolas, vida silvestre, flora, agua?
¿Será que nos hemos olvidado de la importancia, el cuido del medio ambiente y que de nosotros depende que las futuras generaciones vivan en espacios cómodos, pero amigables con el medio ambiente?
Autor: Máster Laura Marlene Rosa de González.
Docente de la Escuela de Laboratorio Clínico.
UNASA.