Lunes, 20 de Mayo del 2024
UFM 94.9

 

 

Nací en una familia de artistas, mi papá además de ser publicista empírico era músico, tocaba la guitarra y cantaba. Mi madre es profesora desde hace más de 30 años y su amor por servir ha sido siempre muy grande. Desde muy pequeña me vi interesada en la lectura y escritura, en mi casa siempre se vivió un ambiente creativo, entre música, letras y clases.

Es por eso que de forma profesional estoy formada con un Técnico universitario multimedia, soy Licenciada en Ciencias de la Comunicación y egresada de Máster en Evaluación Educativa.  

Mi primer acercamiento a la escritura infantil fue en la pandemia, cuando todo estaba cerrado y paralizado, recibí una invitación a un taller por parte del Ministerio de Cultura, en el cual darían un acercamiento de literatura lúdica para aplicarla a la educación. Una de las ponentes de ese día, me hizo darme cuenta del talento oculto que siempre tuve dormido dentro mío. Alejandra Labbé, escritora infantil de nacionalidad estadounidense radicada en El Salvador, me compartió su pasión y así mismo con el tiempo nos convertimos en compañeras de aventuras en la gremial de escritores infantil y juvenil de El Salvador.

Mi interés en la literatura infantil es importante, creo que todos somos niños por dentro, o debemos vivir con los ideales y la mirada hacia el mundo que tiene un niño. El público infantil es de los más difíciles, cautivar su atención y así mismo comunicar mediante las letras valores e ideas para que un libro no sea simplemente páginas y dibujos, sino un recuerdo de una historia que aprecien y atesoren toda la vida.

Los retos dentro del proceso creativo son muchos, llevo aproximadamente 2 años escribiendo de manera formal y unos 3 de manera empírica. Me he formado en talleres, capacitaciones y sigo actualmente aprendiendo en diferentes áreas que me apasionan. Así mismo uno de los retos más grandes de todo escritor es la burocracia al momento de registrar el cuento en propiedad intelectual y demás retos sobre todo de presupuesto y editoriales.

Mis cuentos son una esencia mía, escribiendo sobre hechos históricos, que considero importante que los niños conozcan y adaptándose a una mirada infantil; así mismo me encanta escribir sobre la cotidianidad, cultura, viajes, experiencias.  Me inspira la literatura salvadoreña cómo Salarrué, con cuentos de cipotes, la poesía de Alfredo Espino, una autora tica cómo Carmen Lyra y de Colombia, Jairo Niño con su poesía infantil y en con un homenaje a la curiosidad infantil, Pilar Lozano.

Actualmente, cuento con varios cuentos inéditos que próximamente verán la luz, uno de ellos ya en proceso de revisión final e ilustración: "Un ángel en la catedral". 

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El reino de la alegría

Érase una vez un pequeño y lejano pueblo llamado Alegría, lleno de mitos, leyendas y seres mágicos que, tal como su nombre lo describe, todos ahí estaban siempre con una sonrisa de oreja a oreja. Ahí en una de las casitas vivía Don Arístides, el único habitante gruñón, pequeño y algo encorvado, que siempre iba lanzando regaños a cualquiera que se encontrara por la calle.

Era una época de gran sequía, la magia del lugar iba desapareciendo poco a poco, pero la gente se negaba a olvidar, excepto Don Arístides:

 –       ¡Esto lo han causado ustedes! – les repetía incontables veces

 Pero, se estarán preguntando ¿por qué?

 Hace muchos años, en las afueras de la ciudad había una hermosa laguna, la Laguna de Alegría, en donde vivía una sirena que daba la magia y traía la lluvia al pueblo. Pero la avaricia de los habitantes al ver crecer sus siembras, sus casas y sus riquezas fue tanta que siempre querían más y más. Fue así como un día un grupo de hombres fueron a la laguna a buscar a la sirena para pedirle que hiciera llover más, que ellos estaban interesados en que naciese un río, y que esté fuera tan grande que llegará al mar y de él crear una imponente presa.

Encontraron a la sirena dormida en una orilla sobre una roca de azufre volcánico. Sin decir nada, de repente, ¡zas!, la agarraron de la cola. Ella, que no estaba acostumbrada al contacto humano, se enojó e hizo que comenzara una tormenta. Todo el lago se sacudía y los hombres comenzaron a asustarse, en medio de los rayos y truenos, sólo se oyó la voz de la sirena decir:

–        ¡Su codicia hará que les falte mucho más de lo que han venido a buscar!

Desde entonces cada invierno traía menos lluvia, las siembras comenzaron a secarse, poco a poco, y la laguna turquesa, también.

 Hoy en día, los habitantes no pierden la esperanza de ver regresar a la sirena, muchos dicen que la han visto en noches de invierno camuflada en el centro de la laguna, entre los rayos de luna y el color esmeralda. Don Arístides era un niño cuando fue con ese grupo de hombres a buscar a la sirena. Ahora, siendo un anciano sabía que solo alguien de alma pura y sin codicia podría volver al lugar a buscar a la sirena.

 Así que, la misión ya está echada. ¿Te anotas para buscar a la sirena de aguas turquesa de aquel pueblo en donde todos sonríen, menos uno, el viejo Don Arístides?

 

Espacio cultural: "Entre versos y líneas" 

Un proyecto de: Licenciado Abraham Rodríguez

Coordinador de Arte y Cultura de UNASA.

 

Escrito por:  Licenciada Alejandra Pacheco

Docente UNASA.

  

  

 

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