Lunes, 20 de Mayo del 2024
UFM 94.9

 

Sin ingresos, sin familia, sin hogar y desamparados, son algunos casos de las personas de tercera edad que se encuentran en las calles de Santa Ana solicitando limosna.

 

De acuerdo con datos del Sistema de Ahorros para Pensiones (SAP), a enero de 2022 son 799,671 personas cotizantes, de los 3,587,612 afiliados, y el número de pensionados llega a 103,50, según (Fiap). Fotos /Samanta Osorio

La vida, una rosa que con el paso del tiempo se va marchitando, el fuerte viento llevándose parte de los pétalos que aún la sostienen; así es el ciclo de la vida, el destino que todo llevamos; sin embargo, no todos pertenecen al mismo jardín, unas se marchitan entre las hierbas, el monte y las calles. 

A sus 74 años de edad, Humberto Marroquín recuerda sus tiempos mozos e inmediatamente su rostro cambia de semblante y se apodera de él una nostálgica mirada. Su vida se ha convertido en un reto de subsistencia, viviendo de posada, con el cargo de cuidar a su también anciana hermana y sufrir los achaques de salud propios de su edad. A causa de la pandemia por Covid-19 perdió a su única hija y con ella se fueron sus últimas alegrías.

La fuente de la juventud y con ella su fortaleza, han quedado en el pasado, según él, sufriendo ahora discriminación por parte de una sociedad que ignora cada día más a los adultos de la tercera edad, negándole oportunidades laborales y una mejor condición en sus últimos años de vida.

La necesidad de llevar sustento a su hogar lo ha obligado a pedir un apoyo económico. Su mano pasa muchas horas al día suspendida en el aire esperando que un buen samaritano le comparta algunas monedas, que luego servirán para la comida del día.

 

El destino que tiene cada ser humano es diferente y se desconoce cómo terminará cuando llegue a la vejez, unos solían tener familia y un trabajo, pero debido a las enfermedades y otras circunstancias, han terminado en las calles.

Hay personas que llegan a perder el rumbo de la vida, desorientados y mezclando su realidad con una que no existe. De acuerdo con un especialista en salud mental, hay muchas razones por las que una persona distorsione su realidad, siendo algunos de estos traumas: daños cerebrales o por la avanzada edad ya que muchas capacidades motoras, físicas y mentales se van perdiendo con el pasar de los años, olvidando así sus nombres, donde viven, su edad e incluso no llegan a reconocer a sus familiares.

En el Centro Histórico de Santa Ana, aproximadamente 20 adultos mayores se encuentran rodando por las calles, suplicando una  colaboración para el pan del día e incluso, para comprar sus medicamentos; como es el caso de Rosa Aldana, quien hace un esfuerzo para caminar diariamente hacia a un costado de la alcaldía para esperar que le brinden ayuda. Las heridas que ha tenido a lo largo de su vida se ven reflejadas en su pesadumbre mirada, con una lágrima en sus ojos cuenta que cada día es más difícil poder subsistir.

 

En El Salvador hay más de 542,191 adultos mayores, cifra del año 2020 con una población adulta mayor de 771,534 que equivale al 11.7% de la población total, según (PDDH).

 

  

  

 

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